jueves, 15 de noviembre de 2007

Algo, cualquier cosa

Hoy he encontrado una carta de Carola. Por casualidad, estaba en mitad de un montón de facturas, recibos, fotocopias de pasaportes, ese tipo de papeles que tienen tantísima importancia, que nos hacen volver locos de desesperación y revolver habitaciones enteras para buscarlos si se nos pierden. Una noche, dormí encima de un montón de ropa porque vacié el armario encima de la cama buscando en todos los bolsillos el carné de identidad y cuando acabé estaba demasiado cansado como para volver a colocar todo.

Encontré la carta, decía. ¡Ni siquiera me acordaba de que esa carta existía! Eso sí, la vi e inmediatamente me acordé de ella. De cuando y cómo la recibí, de lo mucho que me reí por la manera en que me llamaba en ella, del olor de la tinta sobre el papel, de todo. No hubiera hecho falta volver a leerla, pero lo hice. Carola escribió sobre amores más grandes que montañas, que cordilleras enteras, abandonos mutuos, arco iris que viajaban de una mirada a otra, jóvenes cuerpos desnudos que se lamían el uno al otro, vidas que carecían de sentido si no se vivían junto a otra persona, trenes y autobuses que viajaban demasiado despacio, horas interminables, sueños, proyectos, ambiciones, miedos. Me pareció una carta estúpida. Esas cosas no pasan. Lo único que pasa es levantarte un día tras otro deseando que suceda algo, cualquier cosa, y acostarte lamentándote porque no haya sucedido nada. Ves todos los días a las mismas personas, ves a alguien fumando un cigarro esperando a que su perro acabe de mear, a otro corriendo detrás del autobús, un cuarentón mirando a dos niñas en falda que van al colegio de la mano de mujer con un peinado pasado de moda, un viejo sentado en un banco deseando que la muerte llegue pronto. Y no importa que el parque, el autobús, la facultad o la oficina cambien, siempre te encuentras a las mismas personas. Y piensas, seguro que ellos se han levantado esta mañana deseando que les pase algo, cualquier cosa. Como tú. O que todo reviente y nos vayamos todos a tomar por el culo.

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