martes, 12 de febrero de 2008

La chica de las uñas desteñidas.



Desde mi balcón se puede ver su casa. Al menos yo lo creo así. Imagino que uno de los miles de puntos de luz que se ven a lo lejos es en donde ella vive. Fumo un cigarro tras otro mirando esas luces que salen de la tierra. Y no puedo dejar de pensar en ella. Joder, puedo sentirla respirar desde aquí. La imagino en su habitación, dormida, delante del ordenador o con el teléfono hablando de cualquier chorrada con algún tipo vulgar y que a ella le parece exótico. Tirada viendo la tele. Desnuda y mojada bajo la ducha. Saliendo de algún coche y entrando en su casa demasiado tarde, procurando no hacer ruído. Y solo quiero que acaben de construir ya ese maldito bloque de pisos y que deje de poder ver su casa desde mi balcón.

Llevaba siempre las uñas a medio pintar y ropa oscura porque estaba algo acomplejada por su peso. Era casi tan alta como yo, odiaba verme fumar y tenía unas preciosas tetas diminutas. Sus ojos no eran demasiado grandes ni demasiado brillantes pero no se puede decir que fueran vulgares. La nariz era grande e irregular y cuando sonreía enseñaba demasiados dientes. Sin embargo su cara era, en conjunto, bastante agradable. No era una belleza pero no estaba mal y eso para mí no estaba mal. Igual que en la canción. Es más, me gustaba mirarla. Cuando la tenía a dos centímetros de mi cara y dispuesta a besarme me parecía hermosa. Tan bella como los amaneceres, los atardeceres, las flores, los pájaros… Todo eso que se supone que es hermoso. Pues ella lo era más. Un segundo antes de besarme.

Cuando se largó la esperaba un chrysler. Seguro que también algún tipo. Cuando te dejan lo hacen por otro. Siempre hay otro. Puedes engañarte pensando que no, puedes culparte. O puedes culparla a ella. O al mundo entero. Y puede que se largue porque no te aguanta o porque se va a vivir a otra ciudad o porque tiene demencia senil a sus veinte años y no recuerda quién eres. O, simplemente, no le gustas. Lo que sea. Pero después hay otro. Siempre hay otro. Eso no es algo que me obsesionara. La primera vez que me largó también había otro. Porque siempre hay otro. Y aún así quise hacerla volver.

Entro dentro e intento olvidar que ella está en su casa, o en cualquier otro sitio, ajena a mí. En la televisión hay un negro dándole lo suyo a una chica con las tetas de silicona. A estas horas solo hay porno y concursos en la televisión. Ojalá hubiera alguna buena película. El negro sigue a lo suyo: “pan, pan, pan”. Y ella está dentro de mí: “pan, pan, pan”. Quisiera poder sacarla. Si ella supiera lo que siento ahora. Si ella sintiera lo que yo siento. Ni se imagina lo distinto que sería todo si ella me quisiera. Dios, hasta las cosas huelen y saben diferente ahora. No puedo comer nada sin sentir arcadas. Tengo que sacarla de algún modo. Intento sacar a la luz todo lo malo que hay en ella, cualquier defecto. Mierda, no funciona. Imagino por un momento, que todo es diferente, que no estoy enamorado de ella y que todo fue una aventura pasajera. Total, de nada sirve obsesinarse, nada va a cambiar. Ella no va a volver. Vale, pienso, me la logré tirar un par de veces, eso es más de lo que esperaba cuando la conocí. Ahora a por otra. De todos modos estoy mejor solo. No tengo que aguantar chorradas, síndromes pre y post menstruales, caprichos y llanteras sin sentido. Debería ser perfecto así. Conoces a una, te la llevas a la cama y hasta luego, fue bonito conocerte. Pero, qué cojones, no debería haberse marchado así. Si yo hasta estaba dispuesto a dejar de fumar y beber un poco menos. A la mierda, algo bueno hay en lo que está pasando. No me arrepiendo de haberme colgado de ella. A veces algo dentro de ti te recuerda que no eres tan egoísta. Tan malo. Ella no me quiere y, joder, duele. Pero eso no va a cambiar lo que siento por ella. Mierda, ya estoy otra vez. Tengo que sacarla de mi jodida cabeza.

El negro en la tele sigue a lo suyo: “pan, pan, pan”. Pero yo no lo veo porque estoy de nuevo en el balcón mirando al horizonte. “PAN, PAN, PAN”

1 comentario:

Anónimo dijo...

"La chica de las uñas desteñidas" podría ser perfectamente el título de una canción de Quique González, me gusta!